Llevo varios años ya luciendo este colgante en mi piel, y viene acompañándome en muchos momentos muy importantes. A estas alturas lo siento un poco simbólico ya, una especie de amuleto, si me apuras (aunque cada vez me gustan menos las prisas).
A pesar de esto, de alguna forma, siempre me ha hecho sentir un poco impostora. Aunque lo siento muy mío e incluso en momentos de estrés I find myself recurriendo a él (agarrarlo me ayuda a feel grounded) algo de esa bola del mundo me (hace) hacía sentir que en realidad yo no merecía lucir ese símbolo como insignia ("¿Quién te crees tú?")
Tampoco nunca le di mucho más thought al tema, la verdad.
Pero en estas últimas semanas, con esto de que me estoy preparando para irme de Australia y mi siguiente “Gran Paso” es “Viajar por Asia”, me están cayendo algunas fichas.
Comparándome con (el mundo) uno de los mundos que me rodea, siempre me he sentido poco viajera, poco aventurera. No soy de esas personas que en una lista de países del mundo marque un montón como visitados. Si me haces colorear en un mapamundi los lugares en los que he estado, se queda extremadamente blanco, la verdad. Y eso supongo que siempre ha generado una especie de contradicción, de confusión, dentro de mí.
¿Cómo puedo ir por la vida sintiéndome una traveler, con un mundito colgado del cuello, cuando no conozco apenas nada de él y cuando además (y aquí está el quid de la cuestión) tampoco siento que tenga motivación por hacerlo?
Ahora, pensando en cómo (planear) plantear ese viaje que se acerca peligrosamente, el pensamiento inicial que me vino a la cabeza fue “¿Cuántos países quiero visitar? ¿Qué cosas de cada país quiero ver? ¿Cuántos países puedo meter en 5 meses? ¿Qué no me puedo ir sin ver?”.
Lo normal, vaya. Or is it?
Y la verdad es que cuanto más entraba en ese bucle, menos me resonaba. (Qué pereza, de hecho. Qué paja).
Pero a la vez, ¿cómo puede no estarme resonando, si a mí me gusta viajar, estoy aquí en este lado del mundo y estoy, precisamente, planeando un viaje? ¿Debería cancelar el viaje? ¿Qué está fallando en todo esto?
Si me gusta tanto viajar, ¿Por qué no soy de esas que tiene un blog con recomendaciones de cada lugar, que tiene mil destinos marcados como lugares que quiere visitar en la vida, o que se sabe de memoria todo lo que hay que ver en el lugar al que va? ¿Por qué, incluso, me sigue dando miedo y respeto el viajar, cuando llevo tanto tiempo haciéndolo, tanto acompañada como sola?
Y así, parándome a observar la situación a la que me enfrento sin juzgarlame (gracias, terapia) y reflexionando un poco en mi historial de vida, creo que el viaje para mí siempre ha sido más un uso de lugares diferentes del planeta como excusa para viajar e indagar en otro viaje:
El que va para dentro. El de transitar procesos internos.
Pocas veces he viajado motivada por el destino en sí, y en esos casos casi siempre ha sido motivado ese viaje por viajar con alguien y compartir con esa/esas personas.
No me mudé a USA para conocer USA. Fui a USA para conocerme a mí. No fui a Nepal para conocer Nepal. Fui a Nepal para conocerme a mí. No vine a Australia hace cinco años para conocer Australia. Vine a Australia para conocerme a mí.
Etc. Etc. Etc.
Entonces, ¿Por qué insisto ahora en ir a Asia para conocer Asia? Voy a Asia para conocerme a mí. Como siempre.
¿Serán 5 meses? ¿Serán 4 países? ¿10? ¿Acacabaré pasando los 5 meses en un solo pueblo vietnamita sin moverme?
Supongo que cuando eres una persona que por inercia busca encajar, cuesta deshacerse de la idea mainstream de poner chinchetas en un mapamundi.
Supongo que me da miedo aceptar que esto, instead, va de la Libertad de que el mundo sea el patio de mi casa, en el que jugar y moverme como me plazca para seguir creciendo y viviendo.
Supongo que este post es una forma de justificarme a mí misma que está bien no estar planeando. Porque lo que me encanta no estar planeando esto es directamente proporcional al miedo que me da no estar haciéndolo.
Pero me escucho.
Y sigo.
Y parece que de repente me gusta un poquito más mi colgante.
Comments